jueves, 19 de julio de 2012

Llegamos a un acuerdo...

Y llegamos a un acuerdo, no lo consulté contigo, tú no te enteraste pero lo hemos acordado. Haremos lo que yo quiero, como tú quieras.
Yo te quiero a ti, conmigo y sin reservas. Tú quieres la libertad, que en palabras llanas es requisito para que el amor exista. No hay términos oficiales, no hay palabras que describan, hay una mirada que promete, que siente y comunica lo que no dices, pero lo gritas.
Hacer lo que yo quiero como tu digas… ¡que decisión tan ilusa! Perder orgullos y poderío, aceptar a otro en nuestras vidas, ¡va!. No va con nuestras formas y teorías, pero hacer lo que tú quieres como yo digo tampoco estaría mal, sería lo mismo. Amar y que me ames, compartir dos vidas, sin dejar de ser uno, sin perder tu chispa  o la mía… No es tan descabellado, aunque tema a la teoría.
Aceptar al otro, compartir más no aniquilar. Puede que tengas razón, acepto esta osadía.

Que me perdone mi Dios o que nos premie la vida.

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